Este medicamento se usa principalmente en el ámbito de los trasplantes de órganos para prevenir el rechazo del órgano trasplantado. Cuando se realiza un trasplante, el sistema inmunológico del receptor del órgano puede identificar el órgano trasplantado como un cuerpo extraño y tratar de rechazarlo. La ciclosporina ayuda a suprimir esta respuesta inmune, lo que ayuda a prevenir el rechazo del órgano trasplantado y permite que el paciente tolere el nuevo órgano.
Además de los trasplantes de órganos, la ciclosporina también se utiliza en el tratamiento de diversas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, la psoriasis y la enfermedad de Crohn, donde el sistema inmunológico ataca erróneamente los propios tejidos del cuerpo.
Es esencial seguir las indicaciones precisas del médico en cuanto a la dosis y la duración del tratamiento con ciclosporina, ya que su uso inadecuado puede aumentar el riesgo de complicaciones, como infecciones o efectos secundarios relacionados con la inmunosupresión. Además, los pacientes pueden requerir controles médicos regulares para monitorear la función del órgano trasplantado y ajustar la dosis del medicamento según sea necesario.
